Proteger un ecosistema requiere de muchas acciones que deben estar
coordinadas. Por eso es importante que existan personas, instituciones
y gobiernos que estén dispuestos a colaborar y fijar objetivos y metas
claras. Afortunadamente en México hemos avanzado mucho en instrumentar
estrategias que apoyan la protección y el uso sustentable de nuestros
recursos naturales. Falta mucho, pero hay avances. De hecho el Programa
de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en su Oficina
Regional para América Latina y el Caribe (ubicada en la Ciudad de
México) está por publicar un estudio sobre el estado actual de las
áreas naturales protegidas de la región y México destaca como uno de
los países líderes en materia de conservación. (www.pnuma.org)
Algunas estrategias para la conservación del desierto incluyen; la
restauración, que consiste en la re-introducción de especies nativas
(originales del ecosistema) para que vuelvan a iniciar el proceso
ecológico en una zona dañada por incendios, erosión, huracán, uso
agrícola o ganadero. También incluye la erradicación de especies
exóticas (especies que no son originalmente de ese ecosistema)
Una estrategia más reciente son las Unidades para la Conservación,
Manejo y Aprovechamiento para la Vida Silvestre (UMAS). Las UMAS
generalmente son terrenos, en privados o ejidales, que de manera
voluntaria se registran por sus dueños para tener criaderos, viveros o
cualquier actividad que represente algún uso sustentable de recursos
naturales. Un ejemplo de una UMA son viveros de reproducción de
cactáceas en donde a partir de las semillas se cultivan y se venden
como plantas de ornato, logrando que se satisfaga de manera legal la
demanda por estas plantas. Al mismo tiempo se frena la extracción
ilegal y aún más, se ayuda a conservar especies que en su medio natural
están en peligro de extinción pero que a través de las UMAS se han
logrado rescatar y reproducir.
Una estrategia adicional para la conservación de los ecosistemas es la
compra de terrenos y destinarlos exclusivamente a su protección y
manejo. En este sentido, hay organizaciones no gubernamentales que
logran reunir recursos para este fin y al llevar a cabo la compra se
registran los terrenos ante la Comisión Nacional de Areas Naturales
Protegidas y se redactan reglamentos y convenios para garantizar su
protección en el largo plazo. Aunado a la compra de terrenos existen
ejemplos en donde ejidos o comunidades han decidido por acuerdo
destinar una cierta porción de sus terrenos a la conservación y/o algún
uso sustentable.
Una última estrategia que ha cobrado gran relevancia a nivel
internacional es el establecimiento de áreas naturales protegidas que
son espacios del territorio nacional en los que los ambientes naturales
originales no han sido significativamente alterados por la actividad
humana o que requieren ser preservadas y restauradas. Los objetivos
principales son; preservar ambientes naturales, salvaguardar la
diversidad genética de especies silvestres, asegurar el aprovechamiento
sustentable, preservar especies en peligro de extinción, propiciar
campo para la investigación científica, generar y rescatar practicas y
tecnologías tradicionales y nuevas en materia de conservación de
recursos naturales así como proteger cuencas y otros elementos de
importancia cultural, arqueológica o de identidad nacional. Se crean a
través decretos federales, estatales o municipales destinando cierta
área que contiene elementos importantes de flora y fauna o de servicios
ambientales y su protección queda a cargo del gobierno o en
colaboración con organizaciones no gubernamentales e instituciones
académicas. En México existen 148 áreas protegidas (con un total de
17.3 millones de hectáreas en todo el país) lo cual representa una
protección del 6.99% del territorio nacional; unas son enormes y otras
pequeñas pero todas deben tener un plan para lograr su conservación.
Estos planes se les llama Programa de Manejo y ahí se incluyen acciones
específicas a corto, mediano y largo plazo. Las acciones en áreas
protegidas federales cuentan con presupuesto de la autoridad ambiental
(SEMARNAT) y dichos recursos financieros provienen a la vez de los
impuestos que pagan los contribuyentes en México.
A continuación se plantean como ejemplo de lo anterior las acciones que
se han tomado en la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto
de Altar en Sonora. (Las estrategias completas de conservación de éstas
y otras áreas naturales protegidas están publicadas en los Programas de
Manejo que puedes consultar en la página web de la Comisión Nacional de
Areas Naturales Protegidas ( que es parte de la Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales) en www.conanp.gob.mx)
El Pinacate y Gran Desierto de Altar
El Pinacate y Gran Desierto de Altar es un área protegida que ha
mostrado liderazgo en cuanto a su planeación y ejecución de acciones de
protección. Por lo anterior se plantea como un ejemplo de acción a
favor de la conservación.
El decreto de creación fue publicado en 1993 y a partir de ahí se
inició el proceso para elaborar su Programa de Manejo. Participaron
muchas personas e instituciones con ideas, información y análisis
crítico para lograr que este instrumento de planeación fuera conocido
por todos. Se publicó en mayo de 1996 y a partir de entonces se ha
utilizado como guía de acciones de conservación en la zona.
La primer acción que se propone en el Programa de Manejo es la de
investigación para reunir información social (acerca de las personas
que viven en la zona ), económica ( acerca de los bienes y servicios
que se producen) y biológica (sobre plantas y animales y sus hábitats)
y con esa información definir como proteger de la mejor manera a los
recursos naturales.
El siguiente grupo de acciones que se proponen son referentes a la
educación ambiental y el uso público. La educación ambiental es un
instrumento para difundir conocimientos acerca de los recursos
naturales y los hábitats. A través de cursos y talleres se involucra a
la gente de la comunidad en especial los niños para que conozcan mejor
su ecosistema y así participen en cuidarlo.
¿Quieres conocer algunos de estos materiales? Ponte en contacto con
El siguiente grupo de acciones es en referencia al desarrollo
comunitario sustentable ¿Qué es eso? Para el tema de medio ambiente
esto se refiere a armonizar los objetivos de la conservación con el
beneficio a las comunidades de la región a través del uso sostenido de
los recursos naturales. Es muy importante poder brindar opciones a las
personas que viven en esta zona para poder vivir y usar los recursos
adecuadamente, y no solamente decirles “ no cortes, no toques, no uses”
sino por el contrario, usar los recursos naturales de tal forma que no
se destruyan. Por lo tanto en el Pinacate tienen proyectos de
ecoturismo que generan beneficios a favor de la economía familiar de
residentes de la zona. También se han propuesto opciones de manejo de
ganado generando recursos económicos a través de esta actividad pero
sin dañar los recursos naturales.
El hecho de que El Pinacate sea un área natural protegida le permite
también contar con personal (un director y su grupo de trabajo) quienes
se dan a la tarea de acciones que en el Programa de Manejo les llaman
de conservación y manejo. Estas incluyen: implementar campañas de
limpieza, establecer un plan de patrullaje de toda la zona y vigilar
que no se lleven a cabo acciones ilegales (como cacería furtiva,
extracción de especies, contaminación, etc), construcción de casetas
para que los guardaparques controlen las actividades y brinden
información y ayuda a los visitantes, poner letreros con información y
el reglamento.
El Programa de Manejo habla de administración y financiamiento, esto
quiere decir que se necesitan personas e instituciones bien capacitadas
para tener una administración transparente y eficiente. También se
necesitan recursos económicos ya que proteger un área cuesta dinero y
no puede ni deber ser únicamente responsabilidad del gobierno, por
medio de los impuestos, sino a través de colaboración con
organizaciones civiles, ciudadanos, municipios, estados, empresas,
escuelas, entre otros.
Del total de superficie protegida del país, el 45.60% corresponde a
desiertos; es decir es el ecosistema que cuenta con más superficie
protegida contando con 6’260,685 hectáreas protegidas entre las cuales
se encuentran:
El Pinacate y Gran Desierto de Altar: Sonora 1993.
Cajón del Diablo: Sonora 1937.
Alto Golfo de California y Delta del río Colorado Baja California: Sonora 1993.
Parque Constitución de 1857: Baja California 1962.
El Vizcaíno: Baja California Sur 1988.
Valle de los Cirios: Baja California Sur 1980.
Los Ajos – Buenos Aires – La Púrica: Sonora 1936.
Islas del Golfo de California Costas de Baja California: Baja
California Sur, Sonora y Sinaloa 2000 (tiene decreto desde 1978 pero en
2000 cambió su categoría de manejo).
Mapimí: Chihuahua, Durango y Coahuila 1979.
Cañón de Santa Elena: Chihuahua 1994.
Maderas del Carmen: Coahuila 1994.
Cuatrociénegas: Coahuila 1994.
Cumbres de Monterrey: Nuevo León 1939.
Sierra Gorda: Querétaro 1997.
Sierra La Mojonera: San Luis Potosí 1981.
Barranca de Meztitlán: Hidalgo 2000.
La Michilía: Durango 1979.
Tehuacan-Cuicatlán: Oaxaca – Puebla 1998.
¿Conoces algún desierto que no esté protegido y esté en peligro?
Organízate con amigos, la escuela u organizaciones civiles que se
dedican a la conservación de la naturaleza y propongan acciones de
conservación a la autoridad ambiental competente. Si es a nivel federal
ponte en contacto con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales www.semarnat.gob.mx o con la autoridad ambiental de tu estado
o municipio. También puedes buscar organizaciones civiles que te pueden
asesorar o apoyar. Listado de organizaciones civiles en
www.fmcn.org/directorio.